Choque ideológico, polarización, rabia y frustración en un marco de paz que va camino al fracaso… ¿Demasiado populismo de derecha y de izquierda? una tercera vía de Centro puede dar una sorpresa
Más de 36 millones de colombianos conducirán al próximo presidente de Colombia a la Casa de Nariño. De ellos, y según la Registraduría Nacional, 819.398 ciudadanos en el exterior están habilitados para participar en estas elecciones marcadas por la polarización y la discrepancia de un “nosotros contra ellos entre los Uribistas y Petristas”, fruto de las campañas de los principales candidatos: Iván Duque del Centro Democrático y Gustavo Petro, representante de izquierdas por el partido Colombia Humana.
No se prevé que en esta primera vuelta salga el vencedor. El desafío de obtener la mitad más uno de los votos que se depositen, no es fácil en una sociedad polarizada entre derecha e izquierda a pesar de que hay cinco candidatos. En las últimas dos elecciones presidenciales (2010 y 2014), hubo segunda vuelta. En la reelección de Santos frente a Óscar Iván Zuluaga, le ganó con solo el 50,98% de los votos. Las encuestas vaticinan que habrá segunda vuelta, se celebraría una nueva jornada electoral el 17 de junio, entre los dos candidatos con mejores resultados.
¿Quién es quién?
Vargas Llera, De la Calle, Petro, Duque y Fajardo – EFE
Iván Duque, abogado, representa a la derecha; trabajó en Washington como consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ha sido senador y asesor en el Ministerio de Hacienda. Su discurso se ha centrado en un cambio del modelo económico bautizado como “economía naranja”, básicamente contempla medidas para el emprendimiento y la industria creativa. Sus principales propuestas consideran el control del gasto público, reducir la evasión tributaria, incentivar el emprendimiento y aumentar la equidad. Propone cambios estructurales en el Acuerdo de Paz. Es el representante de la coalición promovida por los ex-mandatarios Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, encabeza las encuestas con una holgada ventaja que supera el 35%.
Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá y exguerrillero del M-19, a quien se le ve con recelo, considerado prochavista. Es economista y se ha desempeñado como Senador de la República por el Polo Democrático Alternativo (PDA). El líder de la izquierda destaca entre sus propuestas superar la segregación y la discriminación, fortalecer la educación pública y combatir el cambio climático. Cuenta con una intención de voto de 29%.
Sergio Fajardo (Coalición Colombia, centro), matemático, profesor universitario, muy vinculado a los medios de comunicación ya que se ha desempeñado como Subdirector de El Colombiano y columnista de El Mundo, El Espectador y la Revista Dinero. Cuenta con una intención de voto de 15%. Fue alcalde de Medellín y gobernador de Antioquía. Su partido duplicó su representatividad en el Senado. Fajardo es considerado por los Analistas políticos lo como “una opción descontaminada y descontaminante en el ámbito político”.
El statu quo está representado por Germán Vargas Lleras (Movimiento Mejor Vargas Lleras, centro derecha), ex vicepresidente del actual gobierno, fue ministro del Interior y de Justicia, ministro de Vivienda, senador de la República y presidente del Senado. Su propuesta económica plantea crecer al 5% anual y reducir el impuesto a la renta al 30% (desde 33% actual). Respaldado por el Partido Cambio Radical, Partido de la U y otros sectores políticos. Nieto materno del expresidente de Colombia Carlos Lleras Restrepo.
Humberto de la Calle es candidato del Partido Liberal, sinónimo de continuidad. Fue el jefe negociador por el gobierno en los diálogos de paz alcanzados con las FARC. Con anterioridad fue vicepresidente de la República durante el gobierno de Ernesto Samper en 1994, ministro del Interior y embajador de Colombia en la OEA.
¿Qué importa a los colombianos?
El Acuerdo de Paz hace aguas. El 40% de las FARC ha regresado a la ilegalidad y no es posible reabrir el proceso para flexibilizar la extradición, destacan penosamente los medios de comunicación. Operan disidencias de las FARC lideradas, entre otros por Walter Patricio Artizala, Alias Guacho, quien encabeza una de las 18 facciones que se mantienen en armas. Es uno de los señalados por el asesinato de tres periodistas en la frontera con Ecuador.
La Fundación Ideas para la Paz (FIP) publicó recientemente una radiografía sobre “las trayectorias y dinámicas territoriales de las disidencias de las FARC” y atribuye a estas estructuras armadas capacidad para “desestabilizar las condiciones de seguridad en ámbitos rurales y urbanos, dinamizar economías criminales e influir negativamente en la implementación de los acuerdos”, así como sabotear los esfuerzos para la construcción de paz “o los anhelos de quienes sí dejaron las armas”.
Duque – Uribe lograron el No a la Paz que pasó a la historia, ello supone que el Acuerdo pueda entrar en la cuerda floja. Con Petro es posible que prospere, pero ¿cuánto costaría su viabilidad?; la tercera vía, con Fajardo puede ser menos agresiva mientras con Germán Vargas Lleras o De la Calle, se mantenga por las sendas continuistas.
Según Gustavo Palomares, director del proyecto europeo Pedagogía de la Paz y gestión del postconflicto en Colombia, “El denominado Fast Track, procedimiento rápido abreviado concebido para encauzar las leyes de paz, ha sido una gran decepción….Leyes que tienen una incidencia en las causas históricas de la violencia o no han sido aprobadas o no se presentaron, como ha ocurrido con la reforma rural integral y el nuevo proyecto de Jurisdicción Agraria; lo mismo pasó con la Ley sobre el Plan Nacional del Desarrollo, disposición que era central en todo los puntos del Acuerdo de Paz y del que ni tan siquiera se hizo el debate; así ocurrió también con la Reforma a la Ley de Garantías Electorales y, por si fuera pobre el balance, tampoco se presentó la reforma de la Ley de Víctimas cuando justamente las víctimas eran el centro y la principal razón para llegar a un Acuerdo de Paz”.
Por otra parte, las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) son otro campo de batalla para el sucesor de Santos tras la decisión del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, de suspender la mesa de diálogo que se celebraba en Quito.
Venezuela, la Siria latinoamericana. El hambre, la represión y la falta de viabilidad de cambio de la dictadura de Maduro han convertido a Colombia en la Turquía latinoamericana acogiendo a miles de inmigrantes en un éxodo masivo que parece no tener fin. El sociólogo colombiano, César Rodríguez Garavito, cofundador y director del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad, apunta que “Colombia no está preparada para manejar este problema”. Este será uno de los puntos rojos a resolver para el próximo presidente.
El país de la “Mermelada”. La corrupción es un mal endémico de Colombia. Sergio Fajardo durante toda su campaña presidencial ha denunciado que “hace mucho rato estamos en manos de corruptos que se están robando las oportunidades. La corrupción es el impuesto más caro en nuestro país”. Se denomina “mermelada” a la forma de corrupción de los miembros del Congreso que desvían de forma indebida los recursos del Estado (Presupuestos), se amparan en el tráfico de influencia para dar contratos deformando el sistema político y puestos de trabajo a dedo, con prácticas clientelistas para asegurar votos o influir en las decisiones del Congreso.
A pesar de los citados puntos clave decisorios en las urnas; hay que destacar que la economía colombiana registra crecimiento. Durante el primer trimestre del 2018, el PIB va en línea con los cálculos de analistas del mercado, instituciones y del Gobierno, que pronostican un mejor año que en 2017.
Según el Dane (Sistema Estadístico nacional de Colombia), la economía del país creció 2,2% en el primer trimestre de 2018. En línea con las previsiones del FMI, que pronostica que Colombia crecerá 2,7% este año. Optimismo a pesar de la incertidumbre del resultado en las urnas.
Expertos como Ben Ramsey, economista jefe para Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela de JP Morgan, señala que “nuestro pronóstico para este año, que es de un crecimiento de 3%, está por encima del consenso y lo tenemos incluso antes del aumento en los precios del petróleo. El 2017 fue un año lento por el ajuste al consumo, causado por el aumento en el IVA y la inflación, así como por una caída en la inversión que se dio desde que empezó la caída en el petróleo. Como el año base es bajo, da la oportunidad de recuperar un nivel más normal de crecimiento”.
Para 2019, también la perspectiva es positiva y se pronostica que el repunte continúe y que el crecimiento se situé en 2,8%. Se espera que la inversión empresarial aumente y se coinvierta en el motor principal de la actividad económica, destaca el último informe del FMI para LatAm.
Uno de los alcances en el Gobierno de Santos fue el ingreso de Colombia a la OCDE y el impacto se verá igualmente en los próximos años. El presidente de la ANDI (Asociación Nacional de Empresarios de Colombia), Bruce Mac Master, considera que “puede implicar una atracción mayor de flujos de inversión con un compromiso de seguridad jurídica, aunque este aspecto pasa por muchas instancias en Colombia”.
El último logro de Colombia es el ingreso a la OTAN en la categoría de socio global, que se formalizará la próxima semana. “Seremos el único país de LatinoAmérica con este privilegio”, con ello se despide Santos, quien pasará a la historia como Nobel de la Paz en un país al que el Acuerdo de Paz con la guerrilla aún se le atraganta.
En unas horas se abren las urnas en el país de los acordeones y del realismo mágico ¡suerte Colombia!